viernes, 21 de marzo de 2014

Sueños con rejas


Disculpe, pero no es así la cosa
puesto que no adaptó en usted el relato de la rosa
me veré obligado a describir la libertad
que usted en su sano juicio no me puede dar.

Sería altamente absurdo, dirían algunos
y posiblemente grapen a mi la culpa
y es que noches en mi techo abrazados uno a uno
no se dejan al azar en la ruleta rusa.

No se trata de imaginar un café de buenos días
ni de tocar un recuerdo construido por piezas
Porque abrazos no merecen clavos sino orgías
y lo que se imagina solo se queda ahí, en la cabeza.

El amor incita a pecar hacía nuestras rutas aéreas
nuestra torre de control borracha del corazón
somos del sol, ¿el frío? ¡una pandemia!
dos pasos atrás, mi camino me dio la razón.


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