Anochecer. Solo. Parque.
Siempre he sido pesimista. Recuerdo que siendo niño no vacile en poner en tela de juicio el hecho de que alguien o algo se parase en medio de la nada a decir: "oh, estoy aburrido, necesito una raza semi-avanzada en un solo terreno que me alabe para amarlos y cuidarlos y alimentarlos y matar algunos por si desobedecen para mantenerlos a raya como buenas mascotas que son". Aunque vacilé dos o tres veces niño al fin, a los 7 u 8 años me declare a mi mismo ateo sin saber siquiera el jodido término. Me causaba cierta molestia en mi mente, que te digo, cierta indiferencia, los discursos, suposiciones y fabulas de amiguitos de que en el monte del frente había un bacá, o un cuco que te jalaba los pies de noche -- hey! No era tan aburrido como puede leerse aqui, para otros si pues no hacia trucos en bici ni tenia un 64, pero tenía imaginación con historias a la hora de usar juguetes de acción, no solo los hacía pelear, les daba una personalidad fija, había traiciones, desenlaces al otro día después de clases, amistades entre unos juguetes, nemesis entre otros, amoríos etc...me considero que fui creativo aunque solo fue para mi -- y solo reía y miraba hacia otro lado, porque no lo veía posible, la única fé fue en Santa Claus una sola navidad a los 10 (yo ni se que edad era que tenia) y como no tenía chimenea, lo mande a la mierda y me dejo el vaso de leche y las galletas que les deje al lado del árbol (llenas de hormigas que ni me las pude comer), y no volví a creer en el gordo.
Tiempo después mas crecidito vi que los adolescentes y adultos no eran muy diferentes, o no cambiaban mucho cuando crecían y que por igual jadeaban de la emoción imaginando éxitos y posiciones de chulos para 'ya!'...como se imaginan lo vi después de joderme la cabeza con personas indeseables del medio y tropezar varias veces. Al final no vale la pena recordar todo el trote que tome por querer brillar cantando música urbana, solo me decepciona haber sido otro más del montón en una cabina profesional. No me arrepiento de entrar a ese mundo, aprendí mucho y conocí mucha gente buena, pero también horribles personas que se ganaron el descanso eterno lejos de mi. Hasta este punto nunca tuve grandes expectativas, siempre me mantuve al margen y no celebraba un avance hasta que estuviera lamiéndolo al lado de mi con nombre y dirección anotado. Siempre aburrido, sin un futuro propuesto, por eso soy un fracasado quizá, no tengo rumbo, ni visión.
Quizá no debo ser tan cruel conmigo mismo, mi niñez fue un disparate, y envidio (sanamente o no) a quien tuvo mas libertad y experiencias que yo, porque cuando tienen mi edad sonríen cuando miran atrás y yo en cambio sonrío, pero al pensar en la infancia en sí, porque es lo que considero la mejor etapa de la asarosa vida humana y la mía estuvo regular, definitivamente pudo ser mejor, pero de nuevo, quizá no debo ser tan cruel conmigo mismo, aunque se podría decir que de eso se trata el pesimismo.
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