lunes, 13 de enero de 2014

Gritar


Gritar hasta que las aves vuelen asustadas de sus nidos en mosaico, porque no soportas el hecho de que estas celando algo que no te pertenece en cuerpo, pero capaz eres de hacerte del titulo de dueño de su alma, y que aún así, no tengas posesión enriquecedora de nada, nada para ti, nada que buscar allí.

Entenderás y sabrás que no tienes el control de quien mire ese valioso tesoro, de quién se entere de su valor y lo pida con lujuria o con intención de salvarlo, liberarlo de aquel oscuro patio donde tu mismo lo has confinado con tus propias manos de barro, tienes la oportunidad de apreciarlo por el tiempo que quieras, monetizar y enriquecer tus lagunas con flora finita. 

Pero la naturaleza que te rodea necesita otro tipo de flor, otro tipo de aroma, otro tipo de color. Sangre es lo que derramarías si revolcaras el destino para tu propio interés sin prestar atención a las consecuencias que les esperarían, a ti y a tu tesoro, a la vuelta de la esquina; fatal destino les aguarda si navegan en aquel profundo mar de ilusiones. Bella tentación proveniente de un bello corazón roto, añoras y olvidas por momentos toda la piedra que falta por picar si entras a esa cueva....

No apruebas nada, pero no dejas pasar un centímetro de sombra de algo nuevo cerca de ella, solo estás ahí, mentalmente exhausto, calculador, frío, sediento a morir, listo para gritar, gritar hasta que las aves vuelen asustadas de sus nidos en mosaico, porque no soportas el hecho de que estas celando algo que no te pertenece. No te pertenece.




No hay comentarios:

Publicar un comentario