¿Hay por qué celebrar? En realidad si. Todos alcen su copa de vino "La Fuerza", y brindemos por este amor que nunca se dio, esta aventura con viajes al vacío, besos en cavernas y reinas sin coronas, volvamos al estruendo de la ciudad una dulce melodía hipnótica que nos duerma como si del mas profundo sedante se tratase, y dividamos los métodos de olvido, tu haciendo como que nada pasó, y yo velando por esclavizarme en la jaula de tus grandes labios.
Somos aves de tierra, que no saben para que sirven estas alas, tu tienes una, yo tengo otra, pero de nada sirven separadas; parece que estuviese pagando mis errores de este año, un año lleno de altibajos, y por querer acercarme tanto al sol me quemé, y caí...¡pero no en tus brazos! pero si bajo tus ojos, porque tu fuiste el sol, una luz que mi piel aprendió a recibir con el tiempo. Pero era muy tarde para florecer ideas en esta sequía emocional, para recostarme en tu alba, para creer en algo más que palabras.
Suspiro...miro hacia otro lado...busco orgullo en mi mundo...
Puedo desearte lo mejor
¿Por qué desearte lo peor?
Si fue tu error,
Pero también mi error,
El creer en mi ilusión.
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