domingo, 25 de agosto de 2013

Natural



Masoquismo natural, como cuando alguien mas llega a tu vida y deposita toda su gracia en tu piel seca, sin tan siquiera estar presente, sin intentarlo, sin tenerlo como objetivo, lo hace. Una persona que no llega a tocarte y ya estas temblando, mientras esperas que eso que sientes por ella sea algo temporal, porque muy en el fondo sabes que no pasara. 

¿Como algo tan simple como eso llega a permanecer tantos días en ti? queriendo sin conocer, gustando sin probar. Pero que es lo que hay que probar cuando ya tienes su intelecto clavado en tus labios, cuando ya conoces su voz y su olor, cuando con solamente fascinarte su sonrisa te estancas en ella y te gusta, te gusta como se siente. 

Vagar por ahí dependiente de un saludo, de un "¿como estas?" y creer ciegamente que ese ser te hará una mejor persona a ti.

Es ridículo entregar esto en una carta que pasara a ser un papel mas en poco tiempo. Es ridículo ignorar el hecho de que sabes que creen que exageran. Exageras amigo, exageras.

Quizá, pero para ti no tengo otro día sino este, y cuando estoy en el techo recostado y recito estas idioteces en mi mente, el masoquismo natural surge, y solo me queda esperar que se me pase ¿no?

miércoles, 14 de agosto de 2013

Polvo de estrellas





Escuche moscas hablar sobre astutas estrellas que en tan solo un segundo escapaban de la tragedia; pensamos que al adquirir dones con violencia hacemos que el mundo gire para nosotros, pero esos cuentos cualquiera se los inventa.

Estamos advertidos desde hace tiempo que después de la muerte no usaremos mas nuestra voz sino nuestro legado, porque la tierra no perdona y succiona de nuestro espíritu cada diminuto espacio.

Estudiamos los sistemas que nosotros mismos inventamos y elaboramos acertijos para nuestra especie a modo de retos personalizados. Sin futuro ni avance en aquella alma, construida por transmutaciones perversas por entes y terceros, sufrimos solos por la falta de independencia en este cielo infinito.

Pobre estrella con la que compartimos un diminuto brillo que consuela nuestro orgullo y que algunos interpretamos como dioses, cuando lo que merece un templo es nuestra fuerza de voluntad por querer estar mañana haciendo sonreír a nuestra sangre y colegas que nunca nos dejan como nosotros los dejamos a ellos. Es la constelación perfecta, la corazonada de que se acerca el polvo de estrellas.


foto: tfavretto