Tarde del 19 de Junio, 2010.
No encontré tinta, solo un lápiz HB-2, aparte de que la hoja tiene marcas de gotas de lluvia de la cual acabo de escapar. Encontré una butaca abandonada. No pienso tomar mi clase de dibujo en aquel frio taller de arte; la compañía de desconocidos no es de mi agrado ahora mismo.
Me senté a escribir, y se me ocurrió narrar como me siento respecto
a como me trata el amor cuando esta descontento,
y se vuelve por lo tanto, orgulloso y extraño;
pero mi alrededor concede un panorama tan respetable en hermosura,
que hubiera querido anexar fotos tomadas por mi en el instante,
y olvidar por el momento el peso que cargo en el corazón,
y relatar este pequeño gran momento.
Las aves enfrentan los disparos del cielo,
esquivan gotas para llegar a un techo humano,
o llegan a salvo a su respectivo nido; veo como el sol viene y va,
como si se balanceara en un columpio, jugando,
y yo apreciando la naturaleza en vida.
No me agrada escribir con lápiz,
no soy seguidor de su textura dada al momento de trazar palabras,
juraba que había guardado aquel cómodo lapicero negro conmigo.
Estoy sentado en una parte donde nunca había estado,
y tengo que admitir que es muy agradable, quizá solo por hoy sea así,
ya que es sábado, y no hay mucho transito de personas por aquí.
Pero puede ser que vuelva.
Comenzó la lluvia de nuevo. Una compañera se acerca.
Me voy a casa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario