
Así que toqué el oro en sus labios
mientras se alejaban las olas
dibujando las últimas caricias
la despedida se alargaba
no sabía el rumbo del barco
para dejárselo escrito en una hoja
y me trazara en su mapa
y me besara mañana.
Así que disfruté de su no-presencia
y disfruté la destrucción de su esencia
abracé la copa de los árboles caídos
me volví un pintor de momentos
prometí un abrazo de mil años
mientras el horizonte brotaba niebla
los paisajes se iban conmigo
y la melodía de su silencio.